15 noviembre, 2016

Trekking Familiar Lois Anciles

El pasado domingo nos fuimos con el Trekking Familiar a la localidad de Lois, un pueblo precioso situado al final de un valle, perteneciente al municipio de Crémenes. Nos juntamos en el pueblo unas quince personas. Sin duda lo más llamativo del pueblo es su magnífica iglesia de mediados del siglo XVII, que recibo el apelativo de "La Catedral de la Montaña". También destacan algunas casas señoriales.

Iniciando el recorrido
Nuestro destino es llegar hasta lo que queda de la población de Anciles. El camino se inicia al lado de la iglesia del pueblo y discurre hacia el este. Es un camino ancho y bien cuidado que sube poco a poco hasta el collado de Lois. Al inicio del recorrido y en sucesivos puestos encontramos cazadores que nos aconsejan no salir del camino. Creo que, en parte, les hemos estropeado el día. La jornada es soleada con algunas nubes.
Las hayas en otoño
En el collado de Lois hacemos una breve parada para reponer fuerzas. En las orillas del camino encontramos unos restos escasos de nieve. Seguimos hacia el sur, primero pasamos por el collado de Anciles y después descendemos por una pendiente más fuerte hacia lo que queda de Anciles.

Por cierto, Anciles fue un pueblo de la comarca de Riaño que quedó anegado por las aguas del embalse en 1987. El Club Juvenil toma su nombre, en parte, de esta población ya inexistente.
Aguas de otoño
Después de un descenso rápido llegamos al llamado valle de Anciles, unas praderas rodeadas de montañas. Allí hay unos cuantos caballos. Los chicos se acercan a ellos y consiguen acariciarlos sin que se espanten. Incluso los caballos nos siguen un tramo del camino.
Pelayo con los caballos en el valle de Anciles
La ruta sigue descendiendo hacia el embalse. Pasamos por una garganta en la que el río Anciles forma unas cascadas cantarinas. Pronto llegamos al borde del embalse.
El río Anciles
Como estos días ha llovido, el pueblo semisumergido debe tener barro. Así que decidimos seguir el camino por encima del embalse hasta encontrar un lugar adecuado para comer y desde el que podamos contemplar los restos de Anciles. Finalmente encontramos unas praderas en una zona soleada que son muy adecuadas para descansar un rato. Desde aquí podemos contemplar lo que queda del pueblo. El agua está baja, pero todavía cubre buena parte de los restos. Solo podemos ver algunos muros de piedra.
Al fondo vemos los restos de Anciles. Entre las montañas algo de nieve.
Tras una comida tranquila y reposar un poco, tomamos el camino de vuelta. Ahora tenemos una pendiente fuerte hasta ganar de nuevo el collado de Anciles. Caminamos con tranquilidad, algunos con calma. Después de comer la pendiente cuesta más.
Panorama del embalse alrededor de Anciles
A mitad de la ascensión encontramos una curiosa fuente intermitente: al acercarnos deja de manar agua, si nos alejamos vuelve a salir el chorro. Poco a poco alcanzamos el collado. Por la tarde las nubes están cubriendo buena parte del cielo. Entre las nubes los rayos del sol poniente forman unos rayos rojos extraños.
Atardecer en la montaña
Llegamos al collado de Lois donde giramos al oeste. Ahora el camino es más suave, ligeramente descendente. Algunos caminantes están cansados, hemos recorrido bastantes kilómetros. Cuando llegamos a Lois está ya oscureciendo.
Descendiendo desde el collado de Lois.
Una excursión otoñal para descubrir nuestros orígenes. El próximo mes toca belén de cumbres.

Mientras tanto puedes ver una selección de fotos:
Trekking Familiar Lois-Anciles

02 noviembre, 2016

Convivencia El Llendón 2016

Acabamos de regresar de la convivencia que todos los años hacemos por estas fechas en El Llendón. En esta ocasión ha sido todo muy movido. El domingo hemos salido desde Anciles Álvaro, Gonzalo, Luis, Pelayo y Jaime con Charly como conductor. Nos hemos ido directos hasta Gijón para asistir a la santa misa del día en la iglesia de San Pedro, al lado de la playa de San Lorenzo.

Gonzalo, Álvaro, Pelayo, Jaime y Luis en Gijón
Cuando salimos ya era la hora de comer, así que nos fuimos hacia Playa España, al lado de El Llendón. Allí nos encontramos con Marcelo, Alejandro y Nono que habían llegado el día anterior. A pesar de todo nos fuimos a comer hasta El Llendón. En el interior de Asturias hay un sol fuerte que calienta bastante, pero en la costa hay una niebla fría que no hace agradable estar fuera de casa.

Tras la comida se marchan Nono y Marcelo y se nos unen a la convivencia Alejandro y Houston, que también está por allí estos días. Lo primero es un buen partido de fútbol-sala hasta que empieza a anochecer. Después organizamos una fenomenal partida de Risk que dura un buen rato. Pelayo se hace el dueño del mundo y gana la partida.
La partida de Risk
Se hace tarde y es hora de cenar. Tras la cena rezamos el rosario y volvemos a Playa España. Es de noche y resulta muy divertido hacer una hoguera y contar historias a la luz y el calor de la lumbre. Houston nos cuenta un par de historias de las suyas. Antes de irnos a dormir queda una última prueba: el camino de los contrabandistas.

Vamos a un camino forestal que se acerca al mar por entre un bosque de eucaliptos. Es el camino que antiguamente seguían los contrabandistas para sus tareas. Solo los más valientes se atreven a recorrer un tramo del camino entre dos puntos marcados por los monitores sin luz. El primero es Álvaro, después viene Gonzalo, Pelayo y Luis. ¡Son unos valientes! Pero es muy tarde y toca acostarse.
Historias al calor de la hoguera en la playa
Por la mañana los chicos se levantan pronto. El sol sale a ratos entre la niebla que cubre la costa. No hemos conseguido ver el mar desde el acantilado. Tras el desayuno y dejar la casa en condiciones, nos vamos a la playa de Celorio. Por el camino luce el sol y hace calor, pero al llegar a la costa nos envuelve la niebla de nuevo. ¡A mal tiempo buena cara!

Mientras montamos la red de vóley, los chicos juegan al fútbol. Una vez listo el campo de vóley se disputa un buen partido. No queda claro quién es el ganador. Cuando los chicos se cansan se ponen a jugar con la arena. Sin darnos cuenta es hora de regresar a nuestra base.
Jugando a vóley-playa
Llegamos al Llendón, una ducha y a comer. Tras la comida no hay tiempo para mucho. Tenemos que estar de vuelta en León a media tarde. Ahora toca recoger todo. Y eso lleva su tiempo. Que todos recojan sus cosas y las dejen en el coche. Barrer la casa y dejarla ordenada siempre es una lucha titánica. Con un poco de retraso salimos hacia León después de dejar todo en orden. A los pocos kilómetros vuelve a lucir el sol del ocaso. Ha sido una convivencia muy breve, pero muy divertida.

Una selección de fotos:
Convivencia El Llendón 2016