23 febrero, 2015

Convivencia de carnaval en la nieve

Aprovechando las fiestas de carnaval nos hemos ido, una vez más, a Valdelugueros para disfrutar de la nieve. Esta vez hemos estado pocos: junto con los chicos del Club Peñavera éramos diez personas. Llegamos a Lugueros el sábado por la tarde. Para acceder a la casa teníamos que caminar sobre una capa de nieve de casi un metro. Íbamos cargados con mochilas, bultos, comida, trineos. Llegar a la casa fue la primera parte de la aventura.

Listos para iniciar los descensos en la nieve
Una vez en la casa nos distribuimos, ordenamos las cosas y empezamos los juegos: lobo, las cartas locas, un limón medio limón, canciones de Houston... Disfrutamos un montón. Nos acostamos tarde y nos levantamos tarde al día siguiente.
Pelayo y Houston en el neumático mientras Agustín les hace una foto. Al fondo Nuño.
Teníamos tanta nieve que para usar los trineos y los neumáticos solo teníamos que salir de casa y movernos doscientos metros. Para deslizarnos teníamos tres neumáticos grandes, dos trineos y un paipo. Suficiente para tener a todos disfrutando. La verdad es que el tiempo no acompañó mucho: casi todo el domingo estuvo lloviendo a ratos. La nieve estaba muy blanda y no deslizaba bien. En cualquier caso logramos encontrar un lugar donde la pendiente era buena para deslizarse y sin peligro alguno.
Edu, Houston y Nuño preparados para lanzarse ladera abajo.
A última hora de la mañana llegó Don Toño y nos celebró la misa en el oratorio del campamento. Por la tarde más juegos y de nuevo a la nieve. Por la noche vimos una película de Harry Potter y gustó tanto que nadie se durmió a pesar de acabar bastante tarde.
Nuño, Eduardo y Houston a la guitarra
A la mañana siguiente volvimos a la nieve. Los chicos no se cansan y la nieve es muy emocionante. A última hora de la mañana nos pusimos a construir un iglú. Se notaba la falta de un maestro porque más que un iglú nos salió una torre, de buen aspecto, pero sin techo.
Así quedó el proyecto de iglú
Después de comer tocó recoger todo limpiar la casa y dejar la casa en orden. Esto lleva su tiempo. El regreso hasta los coches resultó realmente duro: todos cansados, muy cargados y además lloviendo. En cualquier caso nos quedamos con los momentos divertidos, que fueron muchos. El resumen es la respuesta de Pelayo que al llegar a casa le preguntan ¿qué tal lo has pasado? y responde con énfasis: "¡Genial!"

Más fotos en flickr.

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