28 mayo, 2012

La educación del ocio en la adolescencia

Filatelia

A todos los padres les preocupan las salidas de casa de sus hijos durante muchas horas sin saber qué hacen y con la sospecha de que pierden el tiempo. El refranero ha plasmado esta situación con sentencias como “persona ociosa no puede ser virtuosa”, “del ocio nace el feo negocio”, “hombre ocioso, hombre peligroso”, etc.

Educar el interés.

Tiene una gran importancia para llegar a ser un adulto maduro el fomentar en los niños y en los adolescentes el interés por todo lo que les rodea y por las actividades que realiza. Cuando algo nos parece interesante persistimos en su realización y nos satisface. Los padres pueden ayudar a descubrir a sus hijos esas realidades que les interesen, que les formen, que sean un recurso para madurar como personas y para combatir el aburrimiento. Se trata de fomentar sus aficiones.

¿Cómo descubrir los intereses de los adolescentes?

La música, el maquetismo, el coleccionismo, la montaña, el ajedrez, el acuario, los deportes, etc. pueden ser algunas de las aficiones que pueden interesar a los hijos. Para que una actividad resulte atractiva para ellos debe tener estas características:

- Que esté relacionada con sus aptitudes. Nunca nos va a interesar lo que no se nos da bien y viceversa. Es muy importante presentar las actividades como algo asequible, sencillo y con un resultado rápido. Los pequeños logros en la afición aumentan el interés y la constancia en la misma.

- La afición compartida con uno de los padres o de los hermanos favorece el interés. Muchos niños o jóvenes, por ejemplo, se han aficionado a la pesca porque han ido con su padre desde pequeños. El tener una afición que no tienen sus hermanos potencia su personalidad.

Para facilitar que los adolescentes tengan aficiones hay que tratar de sugerirles posibles actividades desde la infancia hasta que lleguen a decidirse por algo.

El valor educativo de las aficiones

La afición tiene la finalidad de entretenernos. Sin embargo, el valor educativo de un hobby es muy grande. Algunas de las ventajas son las siguientes:
- Se desarrolla la constancia. Cuando un hijo ha superado el primer reto de una afición, se plantea metas más altas que le irán exigiendo paciencia, constancia y superación de las pequeñas frustraciones que puedan aparecer.

- Se establecen estrategias para resolver problemas que surjan de forma inesperada. Toda afición supone una planificación temporal y de organización de las actividades propias de la misma.

- Una buena afición facilita la construcción de una autoestima adecuada así como la amistad con otras personas de la misma edad.

¿A qué se puede aficionar mi hijo?

A muchas actividades de campos muy variados. Puede que sepamos los gustos de nuestros hijos y también es posible que hasta ahora no le hayamos facilitado el desarrollo de esa actividad porque a nosotros no nos gusta o porque nos exige cierto sacrificio.

Como ya se ha comentado anteriormente para fomentar una afición es importante que nuestro hijo sea capaz de realizarla con éxito, que tenga cualidades para ella, que se sienta apoyado y reconocido. Si una afición no es asequible deja de ser interesante y si ponemos pegas a su desarrollo también ocurre lo mismo.

En algunas ocasiones el gusto por una afición lo manifestará el hijo o la hija, pero también puede ocurrir que haya disciplinas muy adecuadas para sus capacidades y que no se aficionen a ellas porque no las conocen. Aquí está el papel de los padres para sugerírselas.

Romería Familiar 2012

  Este domingo pasado estuvimos de nuevo de Romería Familiar en Gradefes. Los actos comenzaron poco después de la una con la celebración de la Santa Misa en el Monasterio de Santa María de Gradefes. Esta vez llenamos la pequeña capilla de las monjas. Hubo que añadir dos bancos para que todo el mundo se pudiera sentar.

Los más pequeños atendiendo a las canciones de Pablo.
Terminada la ceremonia nos dirigimos hacia la finca, donde Javi y Miguel tenían la barbacoa ya preparada. A la sombra de los árboles fuimos situándonos para disfrutar de la comida abundante y del tiempo soleado, pero no caluroso. Enseguida empezaron a circular por las mesas morcillas, panceta, chorizo y chuletas salidas de la barbacoa. También circularon todo tipo de tortillas, postres y especialidades caseras varias. Al final de la comida alguien comentó con acierto que se llevaba más comida de la que había traído.

Durante la sobremesa los niños se dedicaron a jugar al vóley o al fútbol. A eso de las cuatro, Pablo cogió su guitarra y enseguida se reunió a su alrededor un montón de niñas y niños que escuchaban con atención sus canciones. Incluso le pedían algunos de sus temas más famosos. Los mayores también disfrutaron especialmente de algunas canciones de unos años atrás.

Poco antes de las cinco, recogimos todo y nos dirigimos de nuevo al monasterio, donde rezamos el rosario en honor de la Virgen. Que al fin y al cabo era el motivo principal de la fiesta. Una tarde deliciosa.

Las mejores fotos: