31 octubre, 2011

En El Llendón con Niara y Peñavera

Ayer regresamos de Asturias después de disfrutar de dos días estupendos en El Llendón con nuestros amigos del Club Peñavera de Oviedo y del Club Niara de Valladolid. Los de Anciles partimos de León el sábado a mediodía. Llegamos a Playa España a la hora de comer. Allí nos esperaban ya Óscar y Fernando con los chicos de Niara. Poco después llegó Nacho con los chicos de Peñavera.

Por fin encontramos el tesoro.
A eso de las cuatro de la tarde nos fuimos ya todos hasta El Llendón. Nos instalamos, visitamos el lugar y rápidamente comenzó un estupendo partido de fútbol-sala. Avanzada un poco la tarde decidimos dar una vuelta y buscar un tesoro de geocaching cercano. Nuestro objetivo era localizar el Cordal de Peón, a 7 Km. en línea recta de donde nos encontrábamos. Pero no resultó tan sencillo. Pronto nos metimos por carreteras muy estrechas y viradas, y acabamos en un "pueblo" perdido en el monte donde acababa la carretera. Una vez que preguntamos y nos orientaron llegamos pronto a nuestro objetivo. El Cordal de Peón es un pequeño prado con árboles y un espacio recreativo donde hay restos de una necrópolis megalítica. Una vez localizado el lugar estuvimos otro rato despistados hasta que finalmente, ya empezando a oscurecer, ¡apareció el tesoro!

Felices de haber localizado el geocaching y de conocer otros rincones curiosos de Asturias regresamos a nuestra casa. Después de cenar en condiciones, ya totalmente de noche, volvimos a Playa España. Con mucho esfuerzo conseguimos hacer una hoguera en la playa y asar allí algunos chorizos. Además se contaron algunas historias emocionantes. Eso sí nos quedó un olor a humo impresionante: la leña de la playa está muy húmeda y quema muy mal. Regresamos al Llendón. Los más valientes, (solo tres) se atrevieron a recorrer en la oscuridad el camino de los contrabandistas. El resto de los asistentes jugaron una partida al risk. Antes de acostarnos tuvimos tiempo de jugar todos a un limón, medio limón, que siempre es un juego muy divertido. No había prisa por acostarse, esta noche teníamos una hora de más.

Por la mañana algún inquieto se levantó temprano para ver amanecer sobre el mar y las olas romper contra el acantilado. Después de desayunar y de asistir a la Santa Misa en el oratorio de El Llendón, nos cogimos los trastos y nos fuimos hasta la playa de Rodiles. Mientras algunos monitores montaban la red de vóley-playa otros, más valientes, se encargaron de acompañar el baño de los chicos más motivados. Después del baño estuvimos más de una hora jugando al vóley. Como el día era soleado y la temperatura bastante buena, comimos al lado de la playa. En la sobremesa tuvimos tiempo de cantar unas canciones.

Ya solo nos quedaba regresar al Llendón, recoger todo y regresar a casa. Asturias nunca defrauda, pero si además el tiempo es tan bueno como estos días y además nos juntamos un buen puñado de buena gente, el resultado es una convivencia inolvidable.

Aquí tenéis las mejores fotos:


28 octubre, 2011

Educar con el ejemplo


Una imagen vale más que mil palabras. “Lento es el enseñar por teorías, pero breve y eficaz por el ejemplo". Dijo Séneca. Las personas mejoramos no a base de palabras, sino mediante la repetición de actos buenos. Para poder hacerlos es importante ver esos actos buenos en nuestros padres o profesores.

Es muy difícil aprender a cambiar la rueda de un coche sólo con una clase teórica, pero si hemos visto cómo se hace, será los más sencillo del mundo para nosotros.

El que los padres den ejemplo a sus hijos es una ardua tarea que exige esfuerzo y constancia. El deseo de mejorar es un buen comienzo para ayudar a los hijos, que debe ir seguido de una buena formación para educar; ya que sólo el sentido común no basta.

Desde el momento de la concepción, los hijos están destinados a madurar como personas y la responsabilidad para conseguirla es de sus padres. La persona madura es la que es capaz de responder de sus actos y desarrolla todas sus capacidades para ser feliz y para hacer felices a los demás. Los padres no verán los resultados de forma inmediata sino al cabo de los años y se sentirán contentos de haber sido un punto de referencia para que sus hijos lleguen a ser felices en la vida.

Guías de montaña

Podemos comparar a los padres con los guías de montaña que conducen a los excursionistas a su destino. El guía no camina por los excursionistas, tampoco se queda en el refugio. El guía y los excursionistas van juntos por el camino. La diferencia entre el guía y los excursionistas es la experiencia. Algo semejante ocurre en la familia. Los padres y los hijos maduran juntos, la diferencia está en que los padres saben, como los guías de montaña, que las rutas para llegar a un destino son muchas, pero sólo hay una que es la mejor. La ruta más segura es la que está marcada con hitos de piedras que pusieron otros guías con sus experiencias.

El aprendizaje por “contagio”

A diferencia de los animales, vemos que los hijos necesitan muchos años de cuidados. Las personas prácticamente no tenemos instintos, pero tenemos la capacidad de crear hábitos personales, por eso necesitamos la educación de nuestros padres durante tantos años.

A diferencia de los animales, somos capaces de programarnos. Por eso los padres deben facilitarles el que adquieran hábitos y que formen bien su conciencia. El niño acepta lo que sus padres le dicen y hacen; no lo razona, lo da todo por bueno. Al no razonar, aprenden lo que ven por “contagio”. Observan continuamente a sus padres hasta en los más mínimos detalles y de ellos aprenden sus gestos, sus maneras de hablar, sus reacciones, su vocabulario. Por eso es muy importante que los padres dediquen tiempo suficiente a sus hijos, ya que son sus modelos de actuación que no cuestionan hasta que llega la adolescencia.

Para pensar

- El mejor hábito para ofrecer a los hijos es la lucha por corregir nuestros defectos.

- Los niños son como “esponjas” empapadas de lo que dicen sus padres.

- Sin el amor de los padres, los hijos no aprenden a amar; por eso el amor entre los padres es condición necesaria para que madurar.

- Antes de mandar hay que hacer. No podemos pedir lo que nosotros no hacemos.

- Debemos cumplir siempre nuestras promesas, de lo contrario los hijos serán inseguros y los niños inseguros acaban siendo agresivos.

- Para corregir una actitud hay que evitar los insultos, de lo contrario aprenderán a ofender a los demás.

- Si queremos que aprendan a pedir perdón, nosotros debemos reconocer nuestros errores y pedir disculpas.

Para visitar

Os aconsejo que veáis el vídeo de una campaña en Australia titulado “Children See. Children Do” y que aparece en este enlace. Os ayudará a valorar la importancia del ejemplo en la educación de vuestros hijos.

http://youtu.be/eEBUboAbhHY

17 octubre, 2011

Presentación del programa Leader 100


El pasado viernes 14 se ha presentado en Anciles el Programa “Leader100”, ya que somos nosotros quienes vamos implantar este conocido programa formativo en León. El Programa “Leader100” consiste en un Plan de Mejora Personal, dirigido a alumnos comprendidos entre 5º primaria y 2º de bachiller. 

Pedro presentando el "Leader 100 program"
En la sesión celebrada con los padres se presentó el objetivo que no es otro que la adquisición progresiva de diversas competencias y habilidades, tanto en el ámbito personal como en las relaciones interpersonales de los chicos, en campos tan interesantes como el estudio, la sobriedad, la amistad o la solidaridad. El Programa “Leader100” se ha presentado como un servicio que ofrece el Club Anciles a la sociedad leonesa, como una respuesta a la crisis y un planteamiento eficaz para afrontarla. 

El desarrollo del Programa contará con actividades tradicionales en nuestro Club como competiciones deportivas, curso de técnicas de estudio, estudio dirigido, visitas culturales o excursiones. Los padres se entrevistarán con el coach de su hijo, que será su “entrenador personal” para orientarle en el aprovechamiento del Programa “Leader100”.

01 octubre, 2011

La empatía en la educación de los adolescentes



No es difícil escuchar a los adolescentes frases del tipo: ¡Mis padres no me entienden!, ¡Me tratan como a un crío!, ¡Sólo lo suyo es importante!.

Si dirigimos el oído a los padres encontraremos lamentos del tipo: ¡A este no hay quien lo entienda! ¡Parece que sólo sabe llevar la contraria!, ¡No le preocupa lo que pasa en casa!, ¡Siempre va a lo suyo!.

Parece que los padres y los adolescentes están condenados a no entenderse. Los padres piensan, por lo general, que la juventud actual es muy egoísta y que es incapaz de pensar en los demás. Sin embargo, la empatía no es lo que les falta a nuestros adolescentes. Son capaces de preocuparse de su colega, comparten sus sentimientos y sufren con ellos. Los adolescentes valoran mucho la empatía, pero cabe preguntarse ¿Por qué esa empatía parece que solo son capaces de manifestarla con sus amigos y compañeros y no con sus padres?

Escuchar

La característica principal de una persona es que sabe escuchar, no sólo oír. Muchas veces los adolescentes se niegan a hablar con sus padres. Esto se debe a dos razones: salvaguardar su intimidad y evitar broncas de sus padres. Es muy típico que los padres utilicen el llamado “sermón-monólogo” en el que pasan revista a todo lo que el hijo hace mal y a los disgustos que da a la familia. Sin embargo, esos mismos padres ¿saben que piensa su hijo acerca de todo esto? ¿indagan sobre qué le preocupa al hijo?.

Otro error es el aplazamiento de las conversaciones. La medida del tiempo para un chaval es diferente a la del adulto. Si un hijo dice “quiero contarte algo”, hemos de tener muy presente que esa frase tiene un sentido muy distinto al “tenemos que hablar” de los padres. Estas palabras son un grito de socorro que no puede esperar. Todos confiamos en quien tiene un sentimiento de interés por nosotros y por nuestras cosas. En una palabra, confiamos en quien nos escucha.

Desarrollar la empatía

La empatía exige reciprocidad. Puede facilitarla el mostrar delante de los hijos las dificultades que pasamos en el trabajo o con alguna enfermedad. El mostrarles parte de nuestra intimidad es una gran manifestación de confianza. Además debemos procurar conocerles sin juzgarles, el escucharles, el compartir con ellos aficiones, el preguntarles por sus inquietudes. Todo esto habrá que hacerlo sin charlas recriminatorias y en un momento sereno y libre de problemas.

Es muy importante la influencia de la familia en el establecimiento de la empatía. La explicación está en la satisfacción de las necesidades emocionales gracias a los vínculos afectuosos. Esto facilitará la preocupación sincera por conocer y ayudar a los demás.

Por último, podemos decir que el desarrollo de la empatía facilitará a los padres el conocer a sus hijos, el educarles en un clima de confianza y el hacerles ver campos de mejora en su personalidad.