30 agosto, 2010

Pesadillas y terrores nocturnos


No es raro que los hijos experimenten pesadillas o tengan miedo durante el sueño en algunos momentos de su desarrollo. Se ofrecen algunas pautas sobre cómo actuar en esos momentos de angustia, tanto para los padres como para el niño o la niña.

Nuestra mente sigue trabajando durante el sueño: organizamos informaciones, asimilamos imágenes, recuerdos y pensamientos. Los niños con problemas de sueño pueden tener hábitos irregulares o ansiedad al irse a la cama o al quedarse dormidos. En las primeras etapas del desarrollo infantil, la hora de acostarse es la hora de la separación. En este momento es cuando empiezan a surgir las dificultades.

Algunos conceptos

Las pesadillas y los terrores nocturnos son dos aspectos diferentes. Los terrores nocturnos no son sueños que produzcan miedo, las pesadillas sí. Se piensa que los terrores nocturnos reflejan etapas inmaduras del sueño en las que el niño tiene dificultad para pasar del sueño profundo al superficial.

El niño tal vez no recuerda los terrores nocturnos, pero son muy preocupantes para los padres. Muchos niños sollozan o gritan o corren por la casa con los ojos abiertos, pero no ven y no oyen las palabras de sus padres.

Los terrores nocturnos

Afectan a un 3% de los niños, especialmente entre los 4 y los 12 años y desaparecen en la adolescencia. Suelen surgir en las primeras horas de la noche. El niño está agitado, llora, grita y se muestra angustiado. En los terrores nocturnos el niño no recordará nada, por tanto no se le debe interrogar esperando que nos cuente lo sucedido. Los terrores se pueden desencadenar por la fiebre, la falta de sueño o algún medicamento.

Las principales pautas a seguir son las siguientes:

- Espere a que cese y esté calmado.

- Tranquilice a su hijo o a su hija. Abrace al niño, cálmele y pásele una toalla por la cara.

- Ayude al niño a desarrollar un patrón regular de sueño.

- Consulte a un profesional de la medicina si son muy repetitivos y frecuentes.

Las pesadillas

Suelen empezar a los dos años y son muy comunes entre los tres y los seis años. Se desconoce la causa, pero parece estar relacionada con el estrés y la ansiedad.

Las pesadillas se dan durante el sueño ligero. Su frecuencia es desigual. Hay niños que las tienen muy seguidas, otros menos y otros ni siquiera las tienen. No debemos preocuparnos y nos pueden ayudar estas sugerencias:

- Procurar que los niños no vean películas violentas en la televisión antes de acostarse.

- Como las pesadillas no se pueden evitar y no se pueden prevenir, los padres cuando oigan llorar a sus hijos deben acudir enseguida para ver qué les ocurre y para tranquilizarles.

- Ayudar al niño para que se sienta protegido. Hablarle con voz suave y decirle que estaremos con él hasta que él quiera, pero que no pasa nada y que intente volver a dormirse.

- Charlar con los niños sobre las pesadillas y ayudarles a buscar un final feliz para cada sueño.

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