15 diciembre, 2008

El uso educativo del teléfono móvil




El teléfono móvil es un avance que ha modificado nuestra forma de comunicación. Está influyendo mucho en la vida de los jóvenes. Esto hace que tengamos presentes algunas condiciones para su buen uso. El mal uso de este medio de comunicación está provocando problemas tales como la adicción, el acoso escolar, discusiones en la familia, etc.

El móvil, en la actualidad, se ha convertido en una herramienta de socialización de los adolescentes. A los padres les toca decidir cuándo es el momento idóneo para su utilización y cuáles deben ser las pautas de actuación a tener en cuenta.

No hay una edad determinada a la que haya que utilizar el teléfono móvil. Es cierto, sin embargo, que puede ser útil en determinadas situaciones: cuando queremos localizar al hijo en algún plan especial, cuando van al extranjero, cuando tenemos una reunión o un trabajo y no sabemos cuando termina, etc. Para estas circunstancias podrían utilizar un teléfono de la familia, que podría usarlo cualquiera de los hijos. Será un modelo sencillo con un PIN conocido por todos y una agenda en la que sólo figuren los teléfonos de interés para toda la familia.

Hacia los catorce años podríamos permitir que los hijos tengan su propio teléfono móvil, siempre y cuando estén dispuestos a seguir algunas condiciones acordadas por ambas partes: cuándo, dónde, por qué y para qué se utiliza. Además, es muy eficaz que el menor se haga cargo del coste.

Al principio podemos permitir que lo use sólo el fin de semana y que se lo entregue a sus padres durante la semana. Nunca deberían tener el móvil cerca de su mesa de estudio -por ser una fuente de distracciones y de pérdida de tiempo.- ni llevarlo al Colegio o al Instituto, ya que estos centros disponen de teléfono fijo.

Los menores suelen utilizar estos teléfonos para uso alejado del poder llamar o ser llamados en caso de necesidad: hacen fotografías, envían fotografías, escuchan música, juegan, etc. El móvil es más que un instrumento de comunicación. Se utiliza como una forma de ocio.

Protocolo de uso del móvil

Sería muy interesante enseñar a los hijos cómo usar este tipo de teléfono de forma educada. Algunas pautas podrían ser:

- No tenerlo encendido en lugares en los que se puede molestar a los demás: en el Instituto, en el cine, en la Iglesia, etc.


- Si se recibe una llamada mientras se habla con una persona, no deberían responder. Si se responde, antes de hacerlo, se pide permiso a la persona con la que estamos “¿te importa si contesto?”. Si la llamada no es urgente, lo mejor es decir: “te llamo después”.


- Es de mala educación hablar por el móvil en lugares públicos en los que todos nos pueden escuchar. Es preferible retirarse a un sitio más apartado y hablar allí.

En resumen

- Antes de comprar un móvil a un hijo, sería interesante reflexionar si realmente lo necesita. Podemos hacer una lista con él de las situaciones en las que es útil.


- Habrá que pensar qué tipo de teléfono puede necesitar. Si sólo es para comunicarnos con él o con ella, podría ser suficiente un modelo sobrio en vez de uno de gama alta.


- El móvil es para utilizarlo cuando se necesita, no es un mero instrumento de ocio.


- Para fomentar la responsabilidad, el gasto del móvil debería sufragarlo el hijo con sus ahorros. Si este teléfono se utiliza inadecuadamente puede ser confiscado durante algún tiempo.


- Podemos recordar a los hijos que existen otros medios para comunicarse con demás: el correo electrónico, el teléfono fijo, las cartas y las postales, etc.


- Es muy oportuno fijar una edad en la que todos los hijos puedan tener un móvil. Podríamos esperar a los Reyes o al cumpleaños en vez de regalarlo sin justificación alguna. De esta manera, si un hijo o hija pide tener un móvil, le recordaremos que aún no ha llegado la edad en nuestra familia para tenerlo y evitaremos continuas discusiones.

2 comentarios:

  1. Anónimo12:59 a. m.

    La escuela históricamente siempre ha demorado la inclusión de nuevas tecnologías que se encuentran en uso en la sociedad, y tomando esa posición pierde ricas oportunidades de integrar su currículo. El desafío se encuentra en pensar formas genuinas de inclusión que justifiquen su uso. Generalmente es más fácil prohibir que imaginar su aplicación. Si se considera al teléfono celular como un enemigo de la escuela, se corre el riesgo de seguir dejando fuera del aula la cotidianeidad de los estudiantes. En nosotros está la posibilidad de negociar y regular con ellos su uso en el aula.

    Desde hace ya dos años que trabajo en escuela media en proyectos educativos mediados por la tecnología. Te invito a ver dos de ellos;

    http://celularenlaescuela.blogspot.com/

    http://viajealcentrodelatierrasdesdelsacra.blogspot.com/

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